Esta actividad es una adaptación del conocido juego “primavera/verano” o llamado también “blanco/negro” y la separaré en dos fases:
- Primera fase: se colocan los alumnos por pareja (espalda con espalda).
El fin de este juego es llegar a la meta, la cual se dispondrán frente a cada uno de los grupos, antes de que le pille el compañero con el que está tocando espalda con espalda.
Dotaremos a cada grupo con un nombre, en esta primera fase se lo daremos nosotros (el docente). Grupo elefantes y grupo Elmer. Vamos a contar una historia y cuando nombremos el nombre del grupo (elefante o Elmer), éste correrá hacia la línea de meta y el otro tratará de pillarle antes de que cruce dicha línea.
En esta parte trabajaremos el desarrollo de la psicomotricidad gruesa y las respuestas a un estímulo, en este caso una palabra.
En el momento de contar la historia es importante que el docente juegue con la intriga e incertidumbre diciendo por ejemplo “iba por la selva y me encontré un animal, el animal era un ¡Camaleón!” ellos se pondrán nerviosos e incluso alguno correrá al pensar que íbamos a decir el nombre de su grupo, se escucharán risas debido al nerviosismo que produce esa espera.
Esta intriga es un mecanismo que llama mucho la atención a los niños, característica que se da en las construcciones literarias y de ficción, especialmente las que se cuentan con una estructura narrativa.
- Segunda fase: la disposición será exactamente igual que en la primera y la actividad se desarrollará de la misma forma. Pero en esta ocasión tiene el matiz de que ahora la historia la contarán los alumnos por parejas, de esta forma vamos a fomentar la improvisación, imaginación y la expresión oral de nuestros alumnos.
Además, en esta ocasión los grupos elegirán su propio nombre de grupo y posteriormente se lo comunicarán a los compañeros que harán de narradores de la historia. Estos narradores deberán utilizar la intriga como ya hicimos en la primera fase. Incorporando la variación en el tono de voz, jugando con las palabras y creando un ambiente a través de su historia improvisada. Esta formación narrativa improvisada puede ser de cualquier índole, real, ficticia, etc. Cualquier perspectiva es enriquecedora, ya que buscamos una creación personal, dando sentido a las palabras creando una historia que se entienda por todos y disfrutando de esta forma todos de esa composición, reforzando la sensibilización literaria.
En ambas fases vamos trabajar la mejora de los desplazamientos y la coordinación, siendo un momento idóneo también para facilitar experiencias de este tipo, de esta forma mejorarán la autonomía y fomentaremos la vida activa, ayudando de esta manera a uno de los grandes problemas que encontramos en los niños como es el sedentarismo y promover un estilo de vida saludable.
Volviendo al momento de narración debemos prestar atención y crear un ambiente adecuado para que no solo se utilice un determinado lenguaje o vocabulario, cómo docentes fomentaremos la expresión no verbal utilizando su cuerpo y gestos para que los compañeros se enganchen a la historia y de esta forma aumentará la expectación.
Por último decir que esta actividad es muy recomendable a edades tempranas, porque de esta forma damos herramientas y momentos concretos de expresión oral con sus iguales, ayudando al desarrollo de las capacidades para relacionarse con otras personas.
Espero que os guste.
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